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Hace tiempo que tenía ganas de retomar este blog. Lo inicié en enero de 2014 y desde entonces siempre ha estado en un segundo plano por detrás de familia, amigos, aula, biblioteca, colegio, reuniones, formación personal o de otros y demás proyectos en los que uno termina enrolado o lo enrolan.
Este año he decidido aparcar algunas cosas. Tomar tiempo. Respirar. Leer. Escribir. Reflexionar... Para seguir creciendo -o madurando- según quién lo vea y como me vea ;-)
En los aspectos profesionales siempre he creído que es necesario variar rumbos, buscar faros y otras cartas de navegación para que así la travesía siempre sea motivante. Es por ello que se deben soltar algunos proyectos para dejarlos navegar con otros capitanes. Sin embargo, dejo claro que, para que todo fluya y el trabajo, la dedicación y el esfuerzo dedicado durante largas jornadas no resulte baldío, antes se ha tenido que compartir el trabajo de capitán y fomentar la corresponsabilidad en la tripulación. Así los barcos es más fácil que no naufraguen. Además tengo claro que es bueno dejar de ser capitán y pasar a formar parte de la tripulación, así también se hace equipo, se fortalecen tripulaciones, navíos y rumbos. Los capitanes que se enquistan en sus naves flaco favor hacen a la navegación.
Además de soltar proyectos, y dejarlos navegar con otras manos motivadas y/o expertas, es importante mirar desde el puerto y vislumbrar nuevos navíos, cartas y rutas de navegación. Y es que, el marinero que se precie nunca deja de mirar a la mar, al horizonte y buscar nuevas rutas. Ahí estoy, en puerto.
Todo esto lo comparto porque hace unos días me comentaba una compañera de profesión que se había extrañado de que dejara la coordinación del plan de lectura y biblioteca de mi centro -aspecto que he coordinado bastantes años-. Yo le aclaraba que no tenía nada que ver con desconfiar de que dicho proyecto y plan de centro hubiera menguado su validez o relevancia, todo lo contrario, cada vez lo veo más necesario en unas escuelas en muchas ocasiones faltas de proyectos dinámicos y dinamizadores de centro. Cierto es que también es necesario seguir mejorándolo, avanzando y progresando en su planteamiento. Pero tiempo hay -me tienen a su entera disposición-. Tampoco tenía que ver con falta de gana de implicarse del resto de compañeros ¡que va! siempre están dispuestos a seguir en la brecha. La cuestión es más simple; si quiero que dicho plan perdure no puede "personalizarse" en una persona, debe ser algo independiente de las personas, debe ser una "filosofía del centro", algo de equipo y para ello otros deben coger el timón. Es así como es más fácil que los proyectos perduren. Es muy triste ver proyectos que quedan "abortados" porque sus coordinadoras se marchan del centro y nadie se ve con lo necesario para tomar las riendas ¡una pena!
Por otro lado he amarrado a puerto parte de los proyectos de formación docentes en los que participaba. Cierto es que echo de menos a los compañeros virtuales de la OEI, su profesionalidad y dedicación por esos #docentesquehacenescuela y unas acciones que siempre pretendían seguir #mejorandolaescuela. Pero tengo claro que ahora mismo no podía seguir su ritmo como yo quería y ser un lastre no es mi estilo. Gracias por la confianza depositada y todo lo que he aprendido de y con vosotros estos años. ¡Sois unos crack! Os leo, os sigo y os tengo presentes.
En fin, como digo, para vivir navegando hay un momento de recoger velas, atracar en puerto, compartir mesa con otros marineros, charlar con la tranquilidad que da tener la nave en puerto y así reescribir -juntos si cabe- las futuras rutas de navegación. Otear el horizonte y, al final, lanzarse a la mar.
Este año he decidido aparcar algunas cosas. Tomar tiempo. Respirar. Leer. Escribir. Reflexionar... Para seguir creciendo -o madurando- según quién lo vea y como me vea ;-)
En los aspectos profesionales siempre he creído que es necesario variar rumbos, buscar faros y otras cartas de navegación para que así la travesía siempre sea motivante. Es por ello que se deben soltar algunos proyectos para dejarlos navegar con otros capitanes. Sin embargo, dejo claro que, para que todo fluya y el trabajo, la dedicación y el esfuerzo dedicado durante largas jornadas no resulte baldío, antes se ha tenido que compartir el trabajo de capitán y fomentar la corresponsabilidad en la tripulación. Así los barcos es más fácil que no naufraguen. Además tengo claro que es bueno dejar de ser capitán y pasar a formar parte de la tripulación, así también se hace equipo, se fortalecen tripulaciones, navíos y rumbos. Los capitanes que se enquistan en sus naves flaco favor hacen a la navegación.
Además de soltar proyectos, y dejarlos navegar con otras manos motivadas y/o expertas, es importante mirar desde el puerto y vislumbrar nuevos navíos, cartas y rutas de navegación. Y es que, el marinero que se precie nunca deja de mirar a la mar, al horizonte y buscar nuevas rutas. Ahí estoy, en puerto.
Todo esto lo comparto porque hace unos días me comentaba una compañera de profesión que se había extrañado de que dejara la coordinación del plan de lectura y biblioteca de mi centro -aspecto que he coordinado bastantes años-. Yo le aclaraba que no tenía nada que ver con desconfiar de que dicho proyecto y plan de centro hubiera menguado su validez o relevancia, todo lo contrario, cada vez lo veo más necesario en unas escuelas en muchas ocasiones faltas de proyectos dinámicos y dinamizadores de centro. Cierto es que también es necesario seguir mejorándolo, avanzando y progresando en su planteamiento. Pero tiempo hay -me tienen a su entera disposición-. Tampoco tenía que ver con falta de gana de implicarse del resto de compañeros ¡que va! siempre están dispuestos a seguir en la brecha. La cuestión es más simple; si quiero que dicho plan perdure no puede "personalizarse" en una persona, debe ser algo independiente de las personas, debe ser una "filosofía del centro", algo de equipo y para ello otros deben coger el timón. Es así como es más fácil que los proyectos perduren. Es muy triste ver proyectos que quedan "abortados" porque sus coordinadoras se marchan del centro y nadie se ve con lo necesario para tomar las riendas ¡una pena!
Por otro lado he amarrado a puerto parte de los proyectos de formación docentes en los que participaba. Cierto es que echo de menos a los compañeros virtuales de la OEI, su profesionalidad y dedicación por esos #docentesquehacenescuela y unas acciones que siempre pretendían seguir #mejorandolaescuela. Pero tengo claro que ahora mismo no podía seguir su ritmo como yo quería y ser un lastre no es mi estilo. Gracias por la confianza depositada y todo lo que he aprendido de y con vosotros estos años. ¡Sois unos crack! Os leo, os sigo y os tengo presentes.
En fin, como digo, para vivir navegando hay un momento de recoger velas, atracar en puerto, compartir mesa con otros marineros, charlar con la tranquilidad que da tener la nave en puerto y así reescribir -juntos si cabe- las futuras rutas de navegación. Otear el horizonte y, al final, lanzarse a la mar.